Nuestra querida Jessica, diagnosticada desde hace 12 años de Colitis Ulcerosa, nos cuenta su exitosa experiencia con nuestros tratamientos, demostrando una vez más que con constancia y dedicación se puede superar la adversidad.
¿Necesitabas tratarte algo en específico?
En mi vida pasé por muchos diagnósticos. Hasta que me comencé a tratar por colitis ulcerosa hace 12 años atrás, a mis 18 años de edad, con muchos medicamentos, principalmente Salofalk, Budenofalk, prednisona, muchos antibióticos… que me significaba en los meses malos sin contar exámenes y consultas médicas unos 500 mil pesos mensuales… los peores meses de toda mi vida fueron el año pasado y el antepasado, sangraba todos los días, dejaba de sangrar sólo cuando tomaba dosis altas de corticoides (40 a 60 mg diarios) los corticoides los estuve tomando mínimo por 2 años antes de llegar acá, todos los días.
¿Cómo llegaste a Pachamama Omm?
Dentro de mí siempre supe que tenía que haber una solución, nunca me sentencié al diagnóstico que me dieron los doctores, porque todos me decían que no había solución, que la única opción era que elevara la dosis de pastillas al día, pero que siempre iba a vivir con eso y que siempre me iba a sentir mal. Entonces nunca se me dio una esperanza, a lo más disminuir los síntomas, pero esos síntomas se disminuían al principio solamente con muchas dosis de pastillas, arriba de 10 pastillas diarias. Yo toda la vida he sido porfiada, entonces me dije a mí misma que esto no podía ser, si hay personas que se sanan de enfermedades mucho más terribles que la mía, ¿por qué esto no tiene solución? y empecé a buscar medicina alternativa en Concepción, en el sur de Chile, en Santiago… Este no es el primer tratamiento alternativo que me hago, por lo menos es el cuarto… Probé todas las medicinas: homeopatía por ejemplo con un doctor homeópata acá en Santiago, con ese fue con el que peor me sentí, me traté también con medicina antroposófica con 2 especialistas y no pasó nada, no hubo ninguna mejoría, al contrario, me sentía peor… y era la mezcla de los medicamentos más las medicinas alternativas, los 2 tratamientos al mismo tiempo. Hice muchos tratamientos, todos los que me dijeran, mi desesperación era enorme…Llegué a Pachamama Omm por una entrevista sobre la Kombucha en el programa de Carlococina de canal 13 y luego vi la entrevista de María paz Rodríguez, de la revista Paula. Yo todos los días buscaba información de qué podía hacer, que podía tomar, hice todo. Luego llegué acá a realizarme el diagnóstico, que para mí fue impactante, todos los doctores que me vieron anteriormente llegaron al diagnóstico después de hacerme un montón de exámenes, en mi vida por lo menos me he hecho unas 20 colonoscopías más endoscopías, exámenes de heces, exámenes de sangre… Cuando vine a hacerme la evaluación, el diagnóstico tomó unos 3 minutos, Sonia me preguntó si quería hablar yo o si hablaba ella… yo ya venía de probar tantas opciones y con algo de temor por mis anteriores experiencias, así que la dejé hablar a ella. Para mi sorpresa, logró identificar con exactitud todos mis malestares. Cuando me dijo todas esas cosas me emocioné tanto, aguanté las ganas de llorar, pero llorar de emoción, de haber llegado a un lugar donde alguien podía entenderme y sanarme…
¿Qué síntomas tenías?
Además del sangramiento me dolía, me dolía mucho el estómago, para todo, tomar agua, comer galletas de agua o de soda que me recomendaba el doctor. Llegué a pesar 47 kilos, estuve muy flaca. Cuando estuve con los tratamientos se me cayó por lo menos un 80% de mi pelo. En una oportunidad estando en mi casa me desmayé del dolor, primero me puse sudar y luego de eso tuve un dolor tan insoportable que me desmayé…
¿Cómo fue tu proceso de sanación?
Mi proceso de sanación fue hermoso. Sonia desde el primer momento me dijo que el mayor trabajo lo tenía que hacer yo. Aprendí a escuchar mi cuerpo y a identificar qué era lo que me hacía mal. En ese momento me entregué por completo, me prometí a mí misma hacer todo lo que Sonia y su equipo me recomendaran al pie de la letra. Dejé mi trabajo, dejé mi familia en Concepción y me vine a Santiago a dedicarme al 100% a mi sanación. Llevo 6 meses con el tratamiento. Yo diría que fue super armónico, todas las etapas fueron tan bien guiadas por ustedes, que nunca para mí fue algo invasivo. Cambié mi alimentación totalmente, no fue algo tan difícil en mi caso, porque yo ya venía investigando sobre qué alimentos podían hacerme mal… además que aquí te guían para comer bien, pero comer rico, no es un sacrificio, al contrario, los sabores son mucho más ricos que la comida tradicional. El cambio fue casi instantáneo, a la primera semana me sentía con más energía y desinflamada, condición que no sentía hace mucho tiempo, a las 2 semanas mi digestión se había regulado. Después de un mes ya pude salir tranquila, porque antes no salía por miedo a que me doliera el estómago. Yo dependía de cuantas veces iba al baño para poder salir. Creo que en el tema de los remedios hay que ser muy ordenado, anotarlo en un papel, ser constante. La etapa más fuerte fue cuando hice las terapias de colon y la purga hepática, ahí lo pasé mal, pero no más mal que mis exámenes de colonoscopía, por ejemplo, que eran muy invasivos. Después de esa etapa me sentía más liviana, más limpia… liberada de algo que no sé qué es. Aunque seguía sangrando, Sonia me daba ánimo y me explicaba que eso era normal y que de a poco en algún momento dejaría de sangrar, que cada vez sería menos y así fue, cada vez menos, hasta ahora que ya no sangro nada.
¿Alguna anécdota de lo vivido?
Para una que ha pasado por tantas clínicas durante estos 12 años, el ambiente de una clínica ya te da lata, los procedimientos en las clínicas son tediosos, el ambiente es malo, hay gente enferma y venir para acá era como ir a la casa de una amiga, era como ir a un spa, porque aquí no hay olor a clínica, entonces ese gran detalle a uno como paciente le da ese cambio de switch. Es un lugar acogedor, aquí yo no me sentía enferma… me daba ánimo, las terapeutas son un 7, creo que ya son más mis amigas que mis terapeutas, siempre preocupadas de todo, una paciencia enorme, las ganas de ayudarte, no hay ninguna que yo no destaque. Aquí son todas muy alegres, entonces cuando vienes enferma y que te traten así, con buena energía también te ayuda.
¿Cambió tu vida haber pasado por Pachamama Omm?
Claro que sí, cambió para bien, me enseñaron muchas cosas no solamente la alimentación, que será de por vida y que es el primer cambio fuerte, sino que también te enseñan a escuchar tu cuerpo, a entender por qué me enfermo, eso es super importante, es la raíz de todo, el dedicarse a escuchar el cuerpo a conocer el por qué me estoy enfermando, ya sea por estar alimentándome mal, por estresarme… Tener eso es un arma primordial en todo esto, identificando esos factores uno más adelante aprende a manejar su propia salud.
¿Recomendarías a Pachamama Omm? ¿por qué?
Lo recomendaría totalmente, pienso que el tratamiento es integral, que abarca todas las áreas que una como paciente necesita sanar, la parte mental, la parte física, la parte emocional que en mi caso afectaba mucho… encuentro que el tratamiento aborda todas las áreas de un ser humano. Si las personas se siguen sintiendo mal, si no evolucionan con el tratamiento que están haciendo, tienen que darse la oportunidad con otro tipo de medicina, porque si no resulta con lo tradicional hay que buscar otras opciones, que investiguen e indaguen más allá. Hay que ampliar la mente con las alternativas que la vida te presenta.
¿Qué le dirías a las personas que necesiten de nuestros servicios?
Que se den la oportunidad de conocer una alternativa nueva, que pongan en una balanza el estar bien, invertir en salud y bienestar o seguir enfermo, que tus seres queridos sufran viéndote mal dejando todo en manos de otro (los medicamentos, por ejemplo). Yo sé y agradezco todo lo que mis doctores anteriores hicieron por mí, sé que hicieron todo lo que estuvo en sus manos, pero no fue suficiente, yo necesitaba otra opción. Aquí logré estar bien poniendo mi salud en mis propias manos, me permitió rendir en todas las áreas de mi vida. Ahora después de todos estos meses puedo decir que me siento tan bien… que todo valió la pena. He podido rehacer mi vida, ahora emprendí un negocio que es sumamente demandante y que antes no hubiera sido capaz de hacerlo. No he tenido ningún impedimento en cuanto a salud para poder desarrollar mi proyecto. Ya no necesito los medicamentos y me siento plena y feliz.