Tratamiento facial intensivo que consta de 10 a 12 sesiones. La finalidad es tratar profundamente el daño acumulativo, eliminando las células muertas y estimulando la regeneración celular, revitalizando la piel y obteniendo un beneficio a largo plazo, acompañado de cambios de hábitos y mejorando la calidad de vida.

El tratamiento incluye un examen exhaustivo de la condición de la piel realizando un diagnóstico, desde la epidermis llegando a las capas más profundas, permitiendo proyectar un tratamiento con mayores beneficios a largo plazo. Esta evaluación es apoyada además de un análisis integral, tanto alimenticio, físico y sistémico.

Está enfocado hacia el motivo de consulta de la persona, su edad y sus hábitos, obteniendo un perfil del paciente y el estado actual de salud de su piel en relación a su edad y estilo de vida, evaluando así las opciones de tratamiento más adecuado para su caso específico.

El programa según necesidad a tratar, puede incluir:
  • Evaluación diagnóstica.
  • Sesión de Naturopatía, ya que nuestra piel se nutre de dentro hacia afuera.
  • Facial limpieza e hidratación profunda.
  • Preparación de manto hidrolipídico y dermoabrasión con té verde.
  • Exfoliación con Tratamiento renovador de maqui.
  • Aplicación de serum reparador según tipo de piel y aparatología de ultrasonido.
  • Nutrición profunda con tratamiento según tipo de piel.
  • Oxigenoterapia y Facial antiage rejuvenecedor.
  • Aplicación de plasma y biominerales.
  • Nutrición y aparatología láser y ultrasonido.
  • Nutricion y láser acupuntura.
  • Sellado de tratamiento con máscara de oxigenoterapia, velo de colágeno más principios activos concentrados y nuevamente aparatología de ultra sonido.
  • Finalización de tratamiento con una Naturopatía en la que se hará entrega de pautas de hábitos alimenticios con tratamiento biorregulador homeopático, si requiere y seguimiento de protocolo de mantención en el hogar.
Detalles

Tratamiento incluye de 10 a 12 sesiones

Indicado para
  1. Envejecimiento, líneas de expresión, y arrugas.

  2. Pérdida de tonicidad de la piel.

  3. Deshidratación, queratinización o acartonamiento de la piel por daño solar o envejecimiento.

  4. Dermatitis, acné, eccema, alergias y ulceraciones irritativas.

  5. Estados crónicos o agudos de la piel.