Las piedras poseen un contenido energético muy fuerte. Por millones de años, durante su formación, recibieron luz y energía. A través del calentamiento, liberan la energía acumulada en su interior, entregando al ser humano su fuerza vital. Desprenden propiedades que promueven la calma y el bienestar en el cuerpo.

A lo largo de la historia, las piedras han ayudado al ser humano en su extenso camino de evolución. Las piedras logran sacar lo mejor de nosotros mismos reconectándonos con lo auténtico que hay dentro de cada uno, poseen un contenido energético muy potente. Por millones de años, durante su formación, recibieron luz y energía. A través del proceso de calentamiento, liberan la energía acumulada en su interior, entregándonos la esencia de su fuerza vital y desprendiendo así sus propiedades que promueven la calma y el bienestar corporal.

Las piedras transmiten a la persona su energía a través de vibraciones y que, a diferencia del masaje manual, siempre resultan más neutras que las manos del masajista, ya que no experimentan estados emocionales. Su mayor virtud es que llega al alma a través del cuerpo de forma muy placentera. Normalmente la persona experimenta una gran sensación de paz y una profunda calma que se consigue con la manipulación del cuerpo con las piedras calientes, la armonización energética y una atmósfera que vuelca a la persona hacia su interior, incide en el terreno emocional, eliminando tensiones y bloqueos.

La principal diferencia respecto al masaje manual se encuentra en que, aparte de que la presión que se ejerce con las piedras es mayor a la que se realiza con las manos, se da una constante transmisión térmica entre las piedras y el organismo de la persona tratada.

Un verdadero “viaje para el cuerpo, mente y alma”.

Terapia

La terapia se realiza con piedras volcánicas de basalto de distintos tamaños y temperaturas. Se colocan las piedras en puntos energéticos específicos del cuerpo, los Chacras, estimulando así la circulación de estos canales de energía. La temperatura es adaptada individualmente a cada caso y las piedras se van deslizando sobre los músculos transmitiendo su fuerza vital.

Se combinan las presiones que ejercen las manos en el masaje con las piedras, temperaturas y aceites temperados indígenas de plantas nativas. El calor abre los poros permitiendo que los aceites omegas, esenciales y principios activos puedan penetrar en la piel hidratándola profundamente.

Las piedras calientes incrementan el metabolismo celular, el riego sanguíneo y la circulación.

Detalles
Duración: 1hr.
Indicado para
  1. Ansiedad.

  2. Estrés.

  3. Contracturas musculares.

  4. Dolores articulares.